sábado, 12 de febrero de 2011

Atardecer

El sol se pone
y su brillo languidece.
La esperanza cae
y su rastro, desvanece.

No hay día en
en que no pretenda olvidarte.
No hay noche
en que no susurre tu nombre.

Es de noche.
Y junto con sus sombras
y al caer la tarde,
vuelven tus fantasmas
y el eco de tus voces.

Llenan los vacíos
que ilustran tu ausencia.
Se burlan de las manos
que intentaron dominarte.

Camino sobre las brasas
de esta tarde.
Duermo en los espinos
de esta noche.

Pasa el día
silencioso y liviano.
El sol se pone
y comienzo a recordarte.

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